martes, 5 de agosto de 2008

LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES

LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES

El filósofo Pierre Hadot, Profesor del Colegio de Francia, al explorar el pensamiento antiguo señala que, en 1977, escribió, en el Anuario de la Quinta Sección de la Escuela Práctica de Altos Estudios, un artículo intitulado “Ejercicios Espirituales”, en el cual , los diferentes capítulos tenían por título: Aprender a vivir, aprender a dialogar, aprender a morir, aprender a leer. Y define los ejercicios espirituales como una práctica voluntaria, personal, para iniciar una transformación del alma.

Refiriéndose a las escuelas filosóficas antiguas, señala que una práctica muy importante, de la filosofía de los estoicos, era que para soportar los problemas de la vida, la enfermedad, la pobreza, el exilio, estos se preparaban con el pensamiento para dicha eventualidad.

Por otro lado, los epicurios, también elaboraron un “cuerpo” de ejercicios espirituales basado en la limitación de los deseos y, donde el exámen de conciencia era la parte más importante de su filosofía.

Los pitagóricos, decían que el exámen de conciencia era muy importante para medir el estado moral en que se encontraba nuestra alma y, para ello, la realización de acciones como la lectura meditativa; la concentración de la atención sobre el instante presente; y el esfuerzo por ver las cosas desde un punto de vista superior contribuían a fortalecer nuestro espíritu.

Ciertos de estos ejercicios ejercicios espirituales no han cesado de ser practicados en el curso de estos siglos. Por ejemplo, la mirada en alto sobre las cosas humanas practicadas por Pascal, Voltaire, Leopardi, asimismo, Hubert Beuve-Méry, al referirse a Ciro, nos señala la importancia que tiene, como ejercicio espiritual, la concentración sobre el instante presente, que también, Goethe o Shopenhauer nos recomendaron, y que André Guide lo resume en una frase: “ Cada instante de nuestra vida es esencialmente irremplazable; y para ello únicamente hay que concentrarnos”.

Asimismo, Nietzsche comparó los ejercicios espirituales practicados en las diferentes escuelas filosóficas antiguas, como modelos de acción que puedan inspirarnos. Entre ellas, las de Marco Aurelio, que distingue las tres condiciones espirituales determinantes para todo individuo:

1.-Aquello que nosotros tenemos en nuestro propio pensamiento;

2.-Aquello que nos vincula con los otros hombres; y,

3.-Aquello que nosotros pensamos respecto a la naturaleza.

Es necesario, decía Marco Aurelio, de tener el coraje de ver la realidad tal cual es, y estar siempre al servicio de la comunidad humana y tener un espíritu de justicia.

En conclusión, la práctica de los ejercicios espirituales nos permiten tener la plena conciencia de que somos una pequeña parte de este mundo y, es necesario, concentrarnos en cada instante de nuestra existencia para poder ver nuestra realidad tal como es y enfrentar los problemas de manera realista, y estar siempre al servicio de la comunidad y con espíritu de justicia.

Faustino Beraún Barrantes
Gran Secretario Adjunto G:.L:.P:.

BIBLIOGRAFIA
Pierre Hadot. “Mes exercices spirituels”.